Hombro del Nadador

El «hombro de nadador» es un término utilizado para describir un conjunto de lesiones frecuentes en el hombro que afectan a entre el 40 y el 90 por ciento de los nadadores de alto rendimiento, las cuales pueden limitar la movilidad del hombro y afectar tanto el rendimiento deportivo como la calidad de vida de estas personas.

En este artículo, exploraremos las lesiones más comunes asociadas con el «hombro de nadador», las causas subyacentes y cómo se manifiestan estos problemas en los nadadores.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes que aparecen en el «hombro de nadador»?

Para entender el hombro de nadador, es importante comprender la anatomía del hombro. El hombro es una articulación compleja que consta de tres huesos: el hueso del brazo (húmero), la escápula (omóplato) y la clavícula. Los músculos, los tendones y los ligamentos rodean los huesos del hombro y los mantienen en su lugar. El manguito rotador del hombro es un grupo de cuatro músculos y sus tendones que envuelven la cabeza del hueso del brazo y lo mantienen en su lugar en la cavidad de la escápula. La porción larga del bíceps tiene un tendón que ingresa al hombro y se ancla en la escápula.

Entre las lesiones más frecuentes del «hombro de nadador» se encuentran:
Los desgarros y tendinitis de los tendones del manguito de los rotadores 
Los desgarros y tendinitis de la porción larga del bíceps
La inestabilidad del hombro
Estas lesiones pueden ir desde una inflamación hasta un desgarro de parte o todo de uno o más de estos tendones, esto en forma lenta y progresiva. Asimismo, se puede presentar inestabilidad del hombro, que consiste en una movilidad excesiva de esta articulación por pérdida de control muscular, la cual causa dolor y dificultad para el movimiento de este.

¿Cuáles son las causas?

Las principales causas de estas lesiones son las siguientes:
Mala técnica de nado: Ésta puede generar una mala alineación del hombro y un aumento del estrés sobre los tendones y músculos que tratan de realizar su movimiento en mala posición.
Entrenamiento excesivo o mal planificado , que puede provocar una fatiga muscular y una disminución de la capacidad de estabilización del manguito rotador.
Falta de calentamiento o estiramiento antes y después de nadar, que puede reducir la elasticidad y la flexibilidad de los tejidos blandos.
Inflamación crónica o una lesión previa no curada correctamente, que puede generar cicatrices o adherencias en los tejidos blandos.
Debilidad muscular y una falta de flexibilidad subyacentes, desde antes de la lesión, ya sea en el hombro, espalda, columna o core (centro del cuerpo que incluye abdomen y región lumbar).
Entrenamiento con paletas de mano que incrementa la resistencia al agua y aumentando la carga a los músculos del hombro y brazo.
Todas estas causas producen estos dos fenómenos: el pinzamiento subacromial y la sobrecarga de los músculos y tendones.
Pinzamiento subacromial: Consiste en el estrechamiento de un espacio entre el húmero y el acromion (prominencia ósea del omóplato), lo cual hace que se inflame la bursa subacromial (cojín de grasa que va por encima de los tendones del manguito rotador y que los protege y lubrica).
Sobrecarga: Un nadador puede realizar miles de rotaciones de la articulación del hombro en solo una hora al nadar estilo libre, que es el estilo más comúnmente practicado, seguido de mariposa y espalda. Este movimiento continuo puede cansar los músculos del hombro y afectar el movimiento adecuado del mismo.
Esta sobrecarga puede causar daño a nivel microscópico en los tendones , incluso si los músculos y tendones están fortalecidos. Este daño se debe a microtraumatismos repetitivos y, al principio, no causa molestias. Sin embargo, si continúa, las fibras del tendón comienzan a romperse poco a poco y se acumula el daño. Las fibras dañadas no se curan solas debido a la pobre capacidad de cicatrización de los tendones en general. Además, estos tendones siempre están jalando el hueso del húmero hacia el omóplato, por lo que nunca regresan a su lugar original y se retraen.
La sobrecarga puede aparecer de dos formas:
- Por exceso de entrenamiento
- Por falta de periodos adecuados de reposo

¿Cómo se manifiesta?

El dolor en la parte frontal o posterior del hombro es una de las manifestaciones principales, especialmente al realizar la brazada de estilo libre (crol), mariposa y espalda. El dolor puede ocurrir al entrar la mano en el agua o en movimientos por encima del hombro cuando la mano está fuera del agua. Si el problema empeora, el dolor puede volverse permanente.

Otras manifestaciones son:
Dolor en el hombro al realizar movimientos por encima de la cabeza o al dormir sobre el lado afectado.
Rigidez o limitación del rango de movimiento del hombro.
Inflamación o enrojecimiento en la zona del hombro.
Sensación de chasquido o crujido al mover el hombro.
Pérdida de fuerza o dificultad para levantar el brazo.
Reducción de la movilidad de un hombro respecto del otro.
Inestabilidad: Movilidad excesiva y dolorosa de un hombro respecto del otro

¿Puede revertir la lesión espontáneamente?

Si el dolor dura solo unos pocos días, no hay problema. Sin embargo, si persiste por más de dos semanas, es muy intenso o aumenta, el nadador debe buscar ayuda médica especializada ya que es poco probable que se revierta por sí solo.

¿Qué tratamiento se debe hacer?


El nadador debe ser examinado por un médico traumatólogo . Éste realizará una entrevista y un examen físico detallado y puede solicitar imágenes como resonancia magnética o ecografía para llegar a un buen diagnóstico y a descartar otras afecciones del hombro.
El tratamiento del hombro de nadador depende de la gravedad de la lesión y puede incluir reposo, hielo, medicamentos para el dolor y la inflamación, terapia física y cirugía. En los casos leves, el reposo y la terapia física pueden ser suficientes para aliviar los síntomas y prevenir una mayor lesión. En los casos más graves, se puede necesitar cirugía para aliviar la presión sobre los tendones del hombro y restaurar la movilidad.

Si la lesión requiere cirugía, ésta se realizará de la misma forma que para cualquier otro paciente. La cirugía puede ser necesaria para reparar los tendones del manguito rotador del hombro y reducir la presión sobre la articulación del hombro. La cirugía puede ser un proceso largo de recuperación (entre 6 a 9 meses), pero puede ayudar a restaurar la movilidad y la fuerza del hombro.
Si la lesión no requiere cirugía, generalmente se trata mediante terapia física manual enfocada para deportistas. Esta terapia debe ser intensa y con ejercicios especialmente diseñados para el deporte de la natación. En general, incluye estiramientos de músculos contraídos, masajes de contracturas y ejercicios de fortalecimiento de músculos estabilizadores debilitados.
Después de un tiempo prudencial de tratamiento, el nadador debe reincorporarse progresivamente a la natación, prestando especial atención a la técnica del estilo. Muchas veces, la técnica se altera debido al dolor o la debilidad que aparecen. Se sugiere retornar a la natación con un profesor experimentado que pueda percibir problemas y realizar correcciones en la técnica del estilo de natación.

¿Cómo se puede prevenir estas lesiones?


La mejor manera de prevenir el hombro de nadador es mantener una buena postura y técnica al realizar movimientos repetitivos del hombro, especialmente al levantar el brazo por encima de la cabeza.
También es importante calentar adecuadamente antes de realizar actividad física y hacer ejercicios de fortalecimiento del hombro para prevenir lesiones.
Es recomendable evitar el exceso de entrenamiento y descansar adecuadamente entre sesiones de actividad física intensa.

Recuerda que cada caso es único, y es importante consultar con un profesional para determinar el tratamiento adecuado.
¡Cuida tu hombro y busca atención médica si experimentas dolor persistente!