Hombro Rígido

El hombro rígido o “hombro congelado” es la pérdida de la flexibilidad normal del hombro. Esta rigidez ocurre a nivel de la cápsula, una membrana que recubre al hombro en su totalidad y que en condiciones normales es flexible, permitiendo todos los movimientos del hombro. 
Cuando la cápsula sufre cambios en su composición, se vuelve dura y gruesa, perdiendo su elasticidad. Esto provoca que se tense incluso con movimientos muy leves, produciendo así mucho dolor. Como consecuencia, la persona comienza inconscientemente a compensar la rigidez moviendo el omóplato (escápula), lo que puede llevar a contracturas y dolores alrededor de la misma o en el cuello. Por lo general, el dolor es más intenso durante la hora de dormir.

Por razones desconocidas este problema se presenta más frecuentemente en diabéticos o personas con enfermedades metabólicas o de la tiroides, al punto de que si una persona empieza a tener este problema y no es diabética se sugiere hacer un análisis de glucosa para ver si no está empezando una diabetes.

¿Por qué aparece?

Muchas veces no hay una causa identificable. Es decir, aparece de manera espontánea, esto se conoce como “hombro congelado” u hombro rígido primario. Otras veces aparece tras un tiempo después de alguna lesión o como consecuencia de problemas cerca del hombro como por ejemplo en el cuello o espalda. En estos casos suele ser por la falta de movimiento que el paciente tiene a consecuencia del dolor, y ante la falta de movimiento la cápsula reacciona poniéndose dura.

¿Qué tratamiento se debe hacer?


Ante esta situación hay que acudir al especialista, quien evalúa la posibilidad de que haya alguna lesión que esté ocasionando este problema. 
Si no se encuentra una causa se debe hacer un examen de glucosa en personas no diabéticas para descartar la aparición de una diabetes

Una vez que se ha establecido el diagnóstico, en la mayoría de los casos, el manejo se realiza mediante rehabilitación. Durante este proceso, el estiramiento de la cápsula es fundamental, y los ejercicios deben realizarse de manera constante y durante un período prolongado. Es importante tener en cuenta que la respuesta es gradual y que la terapia puede ser dolorosa. Por lo general, este tratamiento muestra resultados positivos después de 3 a 6 meses. Además, se pueden administrar analgésicos para aliviar el dolor durante la terapia.
Si después de 2-3 meses no hay mejoría, se realiza una cirugía por vía artroscópica. Se hacen unos cortes en la cápsula para soltarla y se aprovecha de reparar cualquier daño existente. La gran mayoría de veces los resultados son buenos y se recupera la movilidad totalmente. 

Recuerda que cada caso es único, y es importante consultar con un profesional para determinar el tratamiento adecuado. ¡Cuida tu hombro y busca atención médica si experimentas dolor persistente!