Luxación de hombro

Una luxación de hombro se da cuando la cabeza del húmero (uno de los tres huesos que componen el hombro) se sale de su sitio, en este caso se separa de la glena o glenoide (parte del omóplato en forma de copa donde se apoya el húmero).

¿Por qué se luxa el hombro?

El hombro es una articulación que se sostiene en su lugar solamente por tendones, ligamentos y membranas. Generalmente la luxación se da debido a una fuerza, directa o indirecta, que empuja al húmero fuera de su sitio, rompiendo una o varias estructuras (cartílago, tendones, ligamentos, etc…) esto puede ser debido a una caída, una tracción o algún accidente grave.

¿Cómo se manifiesta?

La luxación genera un gran dolor apenas se sale el hueso de su lugar. El dolor es tan intenso que inmoviliza a la persona tendiendo ésta a pegar el brazo afectado al cuerpo para contener el dolor.

Además del dolor, es visible la deformación del hombro tomando una forma plana. A esto se le conoce como el signo de la charretera.

En algunos casos, puede haberse dañado los nervios del brazo, lo que provoca adormecimiento, hormigueo y/o debilidad del brazo y de la mano. En casos más graves puede romperse una arteria grande o huesos. 

¿Qué hacer?

Ante la sospecha de una luxación de hombro hay que acudir inmediatamente a un servicio de emergencia.
En ninguna circunstancia se debe intentar manipular o acomodar el hombro si no se es personal capacitado.
En el centro de emergencia, el traumatólogo evaluará al paciente y ordenará una radiografía para confirmar la sospecha de luxación y descartar lesiones asociadas, como por ejemplo una fractura. Acto seguido, el médico procederá a recolocar (reducir) la articulación del hombro con movimientos especiales.
La atención inmediata es de suma importancia, ya que de demorar ésta (algunas horas) puede haber secuelas. Según sea el caso, la reducción puede requerir analgésicos, anestesia y/o cirugía, pero en la mayoría de los casos no es necesario. 

¿Qué sigue después de la reducción del hombro?

El hombro ya reducido debe ser inmovilizado con cabestrillo por un promedio de tres semanas. En estos casos los yesos y los vendajes no son útiles. El dolor se maneja con analgésicos por el tiempo que sea necesario. 

Controles

Se debe acudir al médico al menos una vez por semana, por las primeras tres semanas, para verificar que la articulación no se vuelva a luxar y para descartar otras lesiones que puedan predisponer a una nueva luxación. De encontrarse las lesiones mencionadas, podría ser necesario una cirugía para repararlas.

Luego de las tres semanas se recomienda fisioterapia para recuperar poco a poco la funcionalidad del hombro y la capacidad de realizar las actividades cotidianas, laborales y/o deportivas. Esto puede tomar varios meses, por lo que hay que tener paciencia y constancia. 

¿Cuál es el pronóstico?

Luego del tratamiento, la gran mayoría de pacientes recuperan la funcionalidad del hombro en forma normal o casi normal.

Los pacientes menores de 20 años que además son atletas o tienen actividad laboral de alta demanda física, tienen una probabilidad del 70% de volverse a luxar una o más veces, mientras que en adultos mayores de vida sedentaria, esta probabilidad baja a 10-20%. Eso hace que en los jóvenes a veces se recomiende operar en forma preventiva antes de que se luxe por segunda vez.

En casos muy graves, a pesar del tratamiento, puede haber parálisis o pérdida de la función del brazo en forma permanente, felizmente esto es muy raro. 

¿Cuándo operar una primera luxación?

Cuando no es posible reducirla.
En adultos jóvenes (menores de 20 años y cuya estructura ósea ya esté madura) deportista o con alta demanda física.
Cuando hay una fractura asociada.

Recuerda que cada caso es único, y es importante consultar con un profesional para determinar el tratamiento adecuado.
¡Cuida tu hombro y busca atención médica si experimentas dolor persistente!